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miércoles, febrero 02, 2011

CUATRO HISTORIAS DE MI PUEBLO

7.- “El cristal es el último estado de la materia” me lo dijo Juan, mi amigo, con quien compartí varias años el café de la mañana, la cita era obligada, no había diálogo, sólo hablaba Juan, me reseñaba sin saberlo mi jornada anterior o mi jornada futura, o completaba conocimientos imprecisos o errados, nadie conocía en el pueblo su dimensión metafísica, tampoco le importaba se supiera.
Si le importaba se conociera la potencia de sus puños, que no sólo lo publicitaba, los usaba a discreción.
Diferente a Cabure era el mensajero de los dioses, que sabía que lo era, recibía el mensaje concreto que se encargaba de transmitir a la persona indicada.
Sus revelaciones fueron inconmensurables, entre ellos la forma de recibir los mensajes, que estimo debo guardar por increíble. Es posible su fantasma me visite a veces.
Podría decir como Borges “Una de las felicidades de mi vida es haber sido amigo de Macedonio……”

8.- Esta promediando los ochenta años, es rubio, se lo conoce como el rubio, y casi sin canas continua siendo rubio. Vive sólo, al menos desde que murió su madre no hace muchos años, es trabajador y de corta estatura, grasa nada.

Soltero, novio por largos cuarenta años, el cambio de residencia generó la ruptura del noviazgo, por supuesto con vicisitudes, que voy, que vengo, que me quedo, que tu madre, en fin hasta que al fin, llego el fin, finalizó la relación.

Los vecinos, de casa contigua, atentos, compungidos del hombre sólo, ofrecieron un nueva novia, con características compatibles, con tres hijos, poco agraciada, que nuestro héroe aceptó gustoso, atento su especialidad de novio eterno.

Llegó el día de celebrar las esponsales de hecho, fiesta de por medio, invitados varios, novia vestida de novia, pero sin novio, no hubo manera de convencerlo, encerrado en su casa visitado por todos no lograron hacerlo comparecer.

Sigue soltero, créase a no está de novio, ella de treinta años, preciosa, amorosa, encantadora, tiene todo lo que necesita, para quien el noviazgo es una relación platónica.

9.- Lo conozco desde siempre, como se conoce en un pueblo, conocí a su padre y a su abuelo, promedia los sesenta, desdentado desde los treinta, se caso a los diez y seis años, su hijo repitió, también se caso a los diez y seis, uno de sus nietos no inspirado sino acorralado embarazo a la novia a los diez y seis, el embarazo fracasó, pero poco después un nieta de trece años le dio un nuevo descendiente, ya es bisabuelo con bisnietos varios, se lo ve saludable podrá llegar a tatarabuelo.

Sin duda la familia la tiene clara, la confusión esta en el observador, como ordenar en su mente seis generaciones, ese es mi caso.

10.- Tramite a realizar mediante, partí presuroso temprano en la mañana, con destino ciudad de Córdoba, dos horas de viaje, con la intención de agotar la diligencia en horas de la mañana y emprender el regreso. En la mesa de entrada todo se acabó, los documentos de identidad permanecían en casa.
Tarde por la tarde llego mi mujer con los documentos a pasar un day end, nos alojamos en el departamento de nuestro hijo estudiante, que por su vacaciones se encuentra en La Falda, y temprano el día siguiente ya apertrechado al organismo, entre los primeros de la mañana, eran las siete horas.
Diez minutos después con el trámite realizado, de un minuto de duración, regreso al departamento que se encuentra a tres cuadras e invito a mi mujer nos dirijamos a un centro de compras, por supuesto en un tour de ahorro, que consiste en mirar antes que comprar.
Abre a las diez, nos dicen en la puerta, por lo que nos cruzamos al frente al hotel internacional a tomar un segundo desayuno, continental pedimos, nos ofrecen Americano, de doble contenido, atendidos por el emperador.
Sí, digo emperador, a pesar que nunca existió un emperador con esa prestancia. Se deslizaba entre las mesas con sus casi dos metros de altura con contextura proporcional, impecable, cafetera gigante en una mano, lechera de igual dimensión en la otra, tenía como tarea suprema y única servir el café con leche a los asistentes inmediatamente se sentaban, con nosotros sufrió una gran desilusión: solicitamos te, tenía vedada la tarea, una moza se encargó del pedido.
Si Ricardo III ofreció su reino por un caballo, pienso en Luis XIV, Napoleón, Carlos II de España, hubiesen dado por esa pinta, su reino por un puesto de mozo en el hotel internacional Sh….

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