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jueves, septiembre 06, 2012

ROMA EN HOTEL WASHINGTON

MILAN, 6 (ANSA) - Mario Monti, jefe del gobierno italiano, destacó que el regalo más hermoso que recibió de adolescente fue la noche en que "custodió" la copa ganada por Juan Manuel Fangio en Monza, tras ganar el Gran Premio de Italia.
"Fue la noche más hermosa de mi vida", evocó el hoy jefe de Estado italiano.
 En 1888, el abuelo de Monti -originario de un pueblo del norte de Italia, entre Como y Varese- emigró a Argentina, donde fundó una empresa dedicada a la fabricación de cerveza y donde nació Giovanni, padre del actual premier, que después volvió a Italia para fundar la familia de la que nació Mario.

Hasta aquí la noticia.

En nuestro reciente paso por Roma, alojados en el hotel Washington, elegido  vía internet, por una cuestión de simetría, por cuanto al  visitar Washington  preguntado a mi regreso  que me había parecido, conteste ROMA, (en alusión a la  Roma Imperial)  entendí que el nombre del hotel así lo señalaría.

La primera noche como es de rigor a por los Spaguetti, allí nomás, en la cercanía, trattoria  a pleno, mozo propietario a la itálica forma con timbre de tenor cantaba a voz en cuello la canción que tocara una pareja de músicos que había ingresado subrepticiamente. El clima en la sala era propio de la escena  del  Brindis de la Traviata.  ¡¡Grandioso!!

Así se lo hice saber a un vecino de mesa romano quien inició la conversación para señalarme que su hija había trabajado en Argentina por cinco años en una empresa de construcciones italiana, mientras otro parroquiano a mayor distancia también se incorporó al diálogo, que se hizo fluido –ellos en italiano y nosotros en castellano- a quienes informé que conforme difunden miembros de la colectividad viven en Argentina 16 millones de descendientes de italianos y el ambiente de este lugar en nada difiere al acostumbrado en nuestro medio, pensé al mismo tiempo sin mencionarlo lo que decía Borges “los Argentinos somos italianos que hablamos en castellano”.

Retirados los músicos, con razonable recaudación a la gorra, ingresó la siguiente “orquesta”, que seguramente informada por lo que se retiraran comenzó a ejecutar un tango, ahora imposible de escuchar, opacado de tal forma el buen clima, partida a la carrera, no sin antes despedirnos con los ocasionales conocidos con abrazos y augurios a quienes cursé invitación para que visitaran mi pueblo.

Al otro día Roma nos esperaba, la recorrida en acuoso día con almuerzo ahora frente al Panteón,   fue memorable.

Así presidente Monti vaya este recuerdo alineado con el suyo.

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